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Una de mis primeras preguntas cuando empecé en KilosOut fue “¿de verdad tengo que pesarme todos los días?”.

En los mil intentos de adelgazar a lo largo de mi vida (antes del definitivo), había oído varias veces “No te peses todos los días, como mucho una vez a la semana, para no agobiarte” o “pasa de la báscula, mídete”.

Sabía que era necesario tener una referencia bascular de lo que iba perdiendo, pero ¿todos los días?

Pesarnos todos los días muestra la evolución del método en nuestro cuerpo y, sobre todo, nos ayuda a conocernos. Ya sabemos que existen muchos factores a la hora de bajar de peso, no solo lo que comemos:

  • La digestión
  • El estrés
  • El ejercicio que realizamos
  • El sueño
  • La retención de líquidos

Por esta razón, a pesar de llevar una dieta hipocalórica a rajatabla, subirse a la báscula cada día no va a resultarnos del todo satisfactorio.

Entonces, ¿no me peso todos los días?

No, al contrario. En KilosOut nos pesamos todos los días precisamente para ser conscientes de la evolución de estos factores, conocernos, tolerar la frustración y reorientar el objetivo.

Habrá días que la báscula no marque lo esperado, habrá días que nos sorprenda (tanto para bien como para mal), pero eso no tiene más que ayudarnos a ponernos alerta, y preguntarnos:

  • ¿He cumplido con todas las pautas: líquidos, medida, distancia, ejercicio…?
  • ¿He descansado todo lo que debería? Recordemos la importancia del sueño para ADELGAZAR… ¡DURMIENDO! 
  • ¿Tengo mucho estrés últimamente?
  • ¿Estoy en una MESETA y, quizás, mi cuerpo se recoloca ante la pérdida de volumen?

Perder peso es probablemente lo que nos ha traído aquí, y está muy bien, pero el objetivo debería evolucionar a algo así como “aprender a comer”, “cambiar de hábitos”, “mejorar mi relación con la comida”. Ya que es la única manera de conseguir un peso y una alimentación saludables que nos acompañen, definitivamente, durante toda la vida.

La báscula siempre será nuestra gran aliada, porque nos hablará de lo que sucede en nuestro cuerpo, de forma que podamos estar pendientes, no de si bajo o no bajo, sino de “qué pasa en mi cuerpo mientras cambio”.

¿Te animas a subirte?